La respiración es el aliento de vida, el alfa y omega.
¿Sabías que tu respiración puede ser la llave para calmar tu mente, regular tus emociones y transformar tu vida? En un mundo de aceleración exponencial, recuperar la conexión la respiración no solo es un acto de autocuidado: es un camino directo hacia el bienestar físico, mental , emocional y energético.
El primer paso para sanar
Si observas y te sintonizas con la RESPIRACION desacoplas los automatismos
¿Por dónde empezar? Respirar bien no significa hacer más, sino todo lo contrario: aprender a soltar el control y permitir que la vida respire a través de ti.
Ejercitar la respiración es simplemente un ‘dejar venir y dejar ir’ , sin nada más que hacer, añadir o cambiar.
Cuando tu respiración se vuelve consciente, se convierte en una herramienta poderosa para:
- Regular el sistema nervioso
- Reducir el estrés y la ansiedad
- Liberar tensiones físicas y mentales
- Recuperar energía y claridad mental
- Volver al presente, a ti mismo.
Te propongo observar el fenómeno respiratorio desde 3 cualidades o fases, que facilitan que te puedas reordenar y actualizar el potencial de Ser:
- La Respiración al servicio de la salud elemental
- Respiración al servicio de la personalidad
- Respiración al servicio del Ser: La contribución y trascendencia
1. La Respiración al servicio de la salud elemental
En el aspecto fisiológico, se ejercita el cuerpo.
El primer paso es liberar el diafragma, desbloquear el pecho y permitir que el aire fluya con naturalidad. Una respiración libre oxigena tus órganos, previene somatizaciones y equilibra el sistema nervioso. Aquí tu respiración deja de ser superficial y reactiva, y empieza a sostener tu salud integral.
Cuanto más alta sea la respiración, más superficial, más cerrado tórax y diafragma, más atrapada está la persona en sí misma y más a la defensiva hacia los demás. Querrá controlar todo, incluida la respiración. El soltar es un peligro, es una amenzada a la continuidad del yo-ego, porque ese abandonarse al fluir, se vive como una pulsión de muerte, un dejar de existir.
En esta fase se vive desde la acción-reacción, ataque-defensa.
La persona relajada y consciente respira más de medio Litro, pero la mayoría de las personas apenas respiran lo suficiente para no “ahogarse”. Empeora con nerviosismo, preocupación, miedo, tristeza, rabia… Todas estas emociones cortan, disminuyen y dificultan la respiración.
Te propongo escoger una situación incómoda que estés viviendo que te produzca angustia, estrés o incomodidad y aplica estos pasos de atención plena y compasión:
- STOP , OBERVA-ESCUCHA : para-respira-observa-escucha lo que sucede externa e internamente.
- RECONOCE: qué sientes o piensas. Hay tristeza, preocupación, desilusión, enfado, miedo.
- ACEPTA y ABRAZA sin culpar con autocuidado y cariño lo que hay ahora disponible: por ejemplo, aunque es difícil vivir esto ahora acepto, y llevo la atención a las sensaciones corporales.
- CONECTA con la sabiduría interna: Comprendo las necesidades, expectativas o juicios que tengo.
- RESPONDE con una acción asertiva en vez de reaccionar en piloto automático.
2.- Respiración al servicio de la personalidad
A medida que respiras mejor, comienzas a ver con claridad los patrones emocionales que rigen tu vida y se refina la persona. La forma en que respiras revela tu forma de vivir: si eres más activo y controlador (yang) o más receptivo y disperso (yin).
Trabajamos con tu estilo respiratorio para integrar polaridades, desarrollar asertividad, confianza y presencia auténtica.
Cuanto más agitada esté la respiración, conectada con el anhelo o deseo, atraerás trabajos, relaciones y estructuras más egocéntricas y densas.
Encontrar la tensión justa en el permitir
venir/entrar/inhalar e ir /soltar/exhalar es todo un arte.
Respiración Yang
Las personas más activas/yan tienen un exceso de voluntad, estrés, con vidas más dinámicas y con necesidad de controlar y hacerlo todo por ellos mismos. Desarrollan un ego muy fuerte y ponen más presión en la inhalación, subiendo la respiración hacia arriba siendo más alta y superficial. Necesitan poner foco en el soltar, dejar ir y abandonarse al fluir para bajar la respiración al centro vital o dantien.
Respiración Yin
Las personas más receptivas/yin tienen menos activa la voluntad, viven con ritmos más lentos y una actitud de delegar y de dejar hacer. Corren el peligro de mimetizarse y diluirse en el entorno perdiendo un sentido sano de identidad. Hay carencia de Yo Ego, se refleja en que tienen un mayor dominio de la exhalación, llevando excesivamente la respiración hacia abajo, con lo que se propone poner más foco en la inhalación y generar más vitalidad interna y externa.
En el camino de vida interior la propuesta es que inicialmente las personas pongan el foco en la exhalación, llevando la respiración hacia abajo, hacia el centro o hara para asentarse en el Ser. Desde ahí es más fácil regular los momentos en lo que necesitamos un respiración más Yang o yin. Desde abajo, desde lo más profundo y nuclear de nosotros, puede ascender la tensión justa hacia arriba.
En esta fase, la persona toma conciencia de sí mismo a través de la respiración. Se da cuenta de que no es sólo un cuerpo, sino que los guiones de vida son los que han construido los mecanismos de apertura/cierre, expansión/contracción a la vida y la respiración refleja esos patrones. Realmente te das cuenta de la dedicación que lleva el soltar la respiración, porque es soltarse a la vida.
Cuando refinas y modelas la personalidad, empiezas a poner el yo y ego al servicio de tu crecimiento, bienestar y al servicio del bienestar de los demás, tomando distancia de los juicios, de los impactos emocionales, siendo más neutral y objetivo, aprendes a relacionare desde un amor menos posesivo, más desapegado, genuino y libre.
3. Respiración al servicio del Ser: Contribución y trascendencia
Llega un momento en que ya no es suficiente entender mentalmente el funcionamiento, la observación de cómo entra el aire y sale el aire que respiras y que corrijas la respiración. Te das cuenta de que el esfuerzo en el hacer, colocando la respiración en los espacios adecuados, te lleva de alguna manera a imponer algo diferente al fluir del proceso, a falsificar tu respiración, a perpetuar las máscaras y los personajes con los que vive la personalidad.
En la primera fase se vive hacia fuera, con una respiración bloqueada y superficial, aprendes a desbloquear y a respirar con profundidad de manera más libre.
En la segunda fase, aprendes a flexibilizar el yo, a vaciarte de lo que no eres en cada respiración, aprendiendo a soltar una existencia egóica, a aceptar el venir y el ir del aire que se respira. Cuanto más puedas soltarte, podrás vivir abierto y expuesto a otras personas, a la comunidad, más al servicio de los demás y de la vida.
En esta tercera fase, no hay un controlar o regular la respiración. La contemplas. La sigues con humildad, permitiendo que sea ella quien te guíe. Te abres al fluir de la vida y al potencial de vivir desde tu centro, sin máscaras ni tensiones innecesarias. Tu respiración se convierte en una práctica de transformación profunda y conexión espiritual.
La contemplación del fenómeno de la respiración es la verdadera acción que transforma todas las áreas de tu vida: Cuando experimentas este cambio de colocación, en el acto de comer, de andar, de trabajar, de relacionarte, en tus relaciones sexuales, todas las dimensiones en las que vives quedan profundamente afectadas.
La respiración no depende de tu voluntad, es el aliento de vida el está respirando a través de ti, de tus estructuras, del cuerpo de habitas.
No hay que provocar, cambiar el ritmo, acelerar o relajar la inhalación o exhalación. Son los ritmos y pulsos de la vida a través del cuerpo los que mueven y transforman la persona que eres, y a la vez no dejas de ser tú, no eres un mero observador testigo del despliegue de la sabiduría de la vida. Dejas de vivir escindido, eres a la vez el observador y el protagonista, eres objeto y sujeto, sin negar ni rechazar el ser objeto o sujeto de la acción. Desde ahí vives en unidad integradamente con el púlsar de vida.
Si sientes que…
- Tu mente está acelerada y vives en alerta constante
- Te cuesta dormir, relajarte o tomar decisiones
- Estás atravesando un momento de crisis, duelo o transición
- Te sientes desconectado de ti mismo y de tu propósito
… es momento de volver a ti.
Te acompaño en este camino.
Con Cariño,